Abadía de Sainte-Foy de Conques, Camino de Le Puy
En el fondo de un valle del Macizo Central se esconde el pequeño pueblo de Conques, considerado en Francia como uno de los más bellos del país. En su centro se alza, gigante, la abadía de Saint-Foy (siglos XI-XII), obra maestra de la arquitectura románica francesa. En una de sus dependencias los amables monjes acogen a los peregrinos del Camino de Le Puy.
Saliendo de Tábara, Vía de la Plata
Dos peregrinos saliendo, temprano, de la localidad zamorana de Tábara, en la Vía de la Plata. Una etapa solitaria y plácida hasta Santa Marta de Tera, o, si nos quedamos un poco antes, hasta Santa Croya de Tera.
Atarceder en Celorio, Camino del Norte
Los atarcedeceres y las puestas de sol en el Camino del Norte forman parte del patrimonio inmaterial, quizá no de la humanidad, pero sí, del humilde peregrino. Y aún más de aquellos caminantes que les gusta, nos gusta, caminar al atardecer. (Foto: Alberto Cabrera)
Collado de Bentartea
El Collado de Bentartea, a 1.337 metros de altitud, es el primero de los dos collados de la etapa de Saint Jean Pied de Port a Roncesvalles, aún en la vertiente francesa. (Foto: Alberto Cabrera)
Ruinas del Convento de San Antón, Castrojeriz
Poco antes de llegar a la monumental Castrojeriz, los peregrinos tenemos el privilegio de pasar bajo las arcadas góticas (siglo XVI) del antiguo convento de San Antón, conocido por los peregrinos medievales porque sus frailes de la orden de San Antonio curaban una enfermedad común llamada "fuego de San Antón" o "fiebre de San Antón". El origen de la enfermedad era el consumo de pan de centeno contaminado por el hongo cornezuelo.